El Abogado como Negociador en Tiempos de Pandemia
Cuando se presentan situaciones extraordinarias como la pandemia de COVID-19, surge la necesidad de modificar un mundo de acuerdos entre otro mundo de partes. En algunos casos es muy sencillo, pero en otros no. El comercio de bienes y servicios y la inversión han adquirido un importante grado de complejidad que involucra partes ubicadas en distintas partes del mundo, reguladas por leyes de distintos países y sujetas a distintas costumbres.
Modificar un contrato o la forma en la que las partes relacionadas llevan años haciendo negocios, no es fácil. El reto es lograr plantear la necesidad de un cambio de términos y condiciones sin romper o desgastar significativamente la relación comercial. Se dice fácil, pero llevarlo a cabo tiene sus complejidades. Las empresas están hechas de personas, muchas de ellas con trato cotidiano con sus contrapartes en otras empresas, siempre sobre operaciones comunes. Ahora, quizás por primera vez, esas partes tienen que hablar de retrasos en los pagos, en las entregas, de la falta de suministros, de variaciones en la calidad y, por si fuera poco, de variaciones en los precios. A esa crisis, hay que agregarle las presiones en los contratos de arrendamiento, de transporte y de financiamiento, por mencionar algunos.
Ante esas circunstancias, parece necesario considerar la opción de contratar a un tercero para que lleve a cabo las negociaciones. La pregunta es: ¿cuál es el perfil que debe tener ese tercero? Nos gusta sugerir que sea un abogado. ¿Porqué?
Lee el artículo completo en la siguiente liga:
Davíd Arellano
Experiencia de casi 25 años enfrentando retos públicos y privados.
Publicaciones del autor.